CROQUIS MONSIEUR
Queso fundido, jamón y otras intuiciones epidérmicas.
Friday, April 27, 2007
Tuesday, April 17, 2007
El econometra (I)
(…) Yo era el típico maldito bastardo, licenciado en Historia del Arte, con un Máster del Universo (MoU) en Econometría. Me dedicaba a diseñar modelos estocásticos de visitas turísticas para el Ministerio de Cultura Coreano, utilizando un programa informático cuyo parecido con el Statgraphics 97.0 era evidente. Un par de cambios en los colores de los comandos para lanzar hologramas de cubos de regresión. Un par de menús despleglables nuevos, llenos de tapas virtuales de pulpo y sushi a la gallega descargables. Lo típico para sacarle a uno los cuartos como a un chino. Bueno, como a un coreano, claro. Lo que no era tan evidente era la fuente energética que alimentaba al ordenador. Si, desde luego que era de los primeros computadores en funcionar a base de vapor. Después de ver como volaba en minúsculos pedazos la torre Hyunday, a ver quien era el guapo que se ponía a utilizar de nuevo un microprocesador ruso de fusión nuclear. “Que le den al cambio climático”. En esto, el Ministro de Cultura y los sindicatos, estaban por una vez de acuerdo.
Corría el verano del año 2126. Lo recuerdo por el almanaque colgado de la pared de la cocina. El mes de julio venía embellecido por una fotografía de una cucaracha gigante en topless, tomando el Sol en una playa de líquenes. Gran año, el 2126. Qué grande, esa última gira de los Stones.
Aquella mañana, todo parecía igual que siempre. Después de tomar un café que sabía a rayos, me dirigí a la parada del autobús. El autobús era una antigua guagua cuyo motor había sido reconvertido en maletero, y la propulsión del vehículo la conformaban dos yeguas portentosas y dopadas con metadipomonil 14, de crines brillantes y ojos rojizos yonquis.
Al llegar a la oficina, pregunté a mi compañero Park si ya había terminado su informe sobre consumo cultural de estadios. En Corea, la quinta guerra mundial había terminado definitivamente con todo resto arquitectónico anterior a 1990. Los antiguos estadios de fútbol hacían las veces de lo que debían ser las catedrales góticas a finales del siglo XX en Europa.
Los británicos habían lanzado sobre la península coreana el arma definitiva: bombas nucleares tácticas políticamente correctas que sólo respetaban las plantas petrolíferas, los estadios de fútbol, los periodistas y los cultivos de soja bio.
Corría el verano del año 2126. Lo recuerdo por el almanaque colgado de la pared de la cocina. El mes de julio venía embellecido por una fotografía de una cucaracha gigante en topless, tomando el Sol en una playa de líquenes. Gran año, el 2126. Qué grande, esa última gira de los Stones.
Aquella mañana, todo parecía igual que siempre. Después de tomar un café que sabía a rayos, me dirigí a la parada del autobús. El autobús era una antigua guagua cuyo motor había sido reconvertido en maletero, y la propulsión del vehículo la conformaban dos yeguas portentosas y dopadas con metadipomonil 14, de crines brillantes y ojos rojizos yonquis.
Al llegar a la oficina, pregunté a mi compañero Park si ya había terminado su informe sobre consumo cultural de estadios. En Corea, la quinta guerra mundial había terminado definitivamente con todo resto arquitectónico anterior a 1990. Los antiguos estadios de fútbol hacían las veces de lo que debían ser las catedrales góticas a finales del siglo XX en Europa.
Los británicos habían lanzado sobre la península coreana el arma definitiva: bombas nucleares tácticas políticamente correctas que sólo respetaban las plantas petrolíferas, los estadios de fútbol, los periodistas y los cultivos de soja bio.
Si, descendiamos de un pueblo de periodistas cebados de soja.
Cuando recordaba mi infancia me entraba nostalgia. Yo siempre había querido ser econometra. Desde muy pequeñito. Todos mis compañeros de párvulos querían dedicarse a profesiones útiles. Algunos querían ser periodistas, como sus abuelos, como sus padres. Otros más prácticos pretendían ser bomberos, actores, bailarines, filósofos. Yo quería dedicarme a la econometría. Mi familia estaba formada por gente trabajadora, respetable, taoísta como el Tao manda. Todos se dedicaban al periodismo, a la danza, al teatro, a la jardinería.
El día que le dije a mi padre cuál era mi vocación casi le entra un síncope.
-¿¿Econoqué??
El día que le dije a mi padre cuál era mi vocación casi le entra un síncope.
-¿¿Econoqué??
-Econometra.
-Te refieres a… ¿modelizar evoluciones de precios de ínsumos industriales? ¿De tipos de cambio y todo eso?
-Eh…si, más o menos. Quiero hacer modelos de explotación sostenible de recursos acuíferos y petrolíferos en regiones desérticas.
-Pero hijo mío!! Cómo vas a ganarte la vida el día de mañana con eso!!! Los econometras se mueren de hambre! (…)
Sunday, April 15, 2007
Agradecimientos
Gracias a David, por ese desayuno de chistorras.
Gracias a la Chunga, por esos bailes.
Gracias a Carlos, por darnos esas vueltas innecesarias y hacernos ver el Sol del domingo.
Friday, April 13, 2007
Tuesday, April 10, 2007
Pedido de libro
Espoleado por mi éxito con los hombres este fin de semana, y la Ley de Identidad de Género, quiero que sepáis que tras mi paso por el Registro Civil en el Consulado, me llamo Angie. ¡Ah! Como nunca me he sentido realmente Sagitario, he decidido que nací el 14 de agosto y no el 23 de noviembre.
Bueno, fuera de tonterías.
Cierto individuo de Zamora ha publicado una novela y me gustaría leerla. Un pedido para el próximo que se venga de visita: que me traiga este libro, se lo pagaré a la llegada a puerto:
Está en la Casa del Libro y no sé donde más.
Evidentemente, el llamamiento también incluye al individuo en cuestión... ¡un saludo desde tierras galas!
Bueno, fuera de tonterías.
Cierto individuo de Zamora ha publicado una novela y me gustaría leerla. Un pedido para el próximo que se venga de visita: que me traiga este libro, se lo pagaré a la llegada a puerto:
Está en la Casa del Libro y no sé donde más.
Evidentemente, el llamamiento también incluye al individuo en cuestión... ¡un saludo desde tierras galas!
Leonardo de Arco y Juana da Vinci
A pesar de que algunos cabrones impresentables tachaban la excursión de “viaje de padres”, estos cuatro días en el Valle del Loira han sido una experiencia cojonuda y una nueva ocasión para comprobar que no todos los franceses son parisinos, para el bien de esta patria. Hubo tiempo para curturizarse un poco. Para el mens sana in estómago feliz. Para pasear junto al río como Jeidis. Para embrutecerse. Hubo momentos extraños, claro, como en cualquier viaje. Pero todas las historias terminaban bien, como en una película de Lars Von Trier. Bueno, mejor dicho, terminaban bien y punto.
Un chaval un poco suicida estampó su Suzuki nueva contra el coche de Juan C. y le dio por practicar el vuelo sin motor, dejándonos a todos helados. Luego celebró con nosotros que a pesar de cargarse su moto estaba vivo y Juan C. no pensaba reparar el desconchón de la puerta del coche ante la pobre esperanza de vida de su vehículo.
Un rubiaco de metro noventa me quería llevar a su casa y me intentó meter la lengua por la oreja –Edgardo, el alter ego homosexual que Isabel me atribuye no estaba por la labor a pesar de la cerveza abundante que corría por sus venas.
El sanfernandino que llevábamos a bordo cantaba a -petición de- una morenita vendedora de Zara y su compañero de curro borrachometrosexualceloso le quería pegar, pero al final recibió la justicia infinita del Loira por sus insultos y provocaciones –a manos de otros chavales a los que también tuvo a bien insultar generosamente y que mostraron menos paciencia que nosotros pero muy buenas maneras en lo que viene a ser el arte del taekwondo.
Uno de los castillos resultaba ser una horterada repleta de muñecos apolillados de “La bella durmiente”, pero luego encontrábamos en el pueblo hermoso de al lado una sopa, unos callos y un vino cojonudos.
Y qué mejor manera de pasar el viernes santo que en una Abadía donde nos acogieron a pesar de venir de la casa de Leonardo da Vinci, ese hereje ternurito que pensaba que el hombre –si, ya: es la mujer, pero no podía saberlo todo- era el centro y medida de todas las cosas y toda esa mierda.
Me sentí zen, como en aquella excursión a Segovia con L. , J., Alí O. y compañía…
el acueducto…
el mar…
Wednesday, April 04, 2007
La tarta de ruibarbos
-Me ha quedado una foto poca madre. El cielo está precioso…oye, Ich bin hambrienta, argelino.
-Y dale con el cachondeito, eh? Huguenota.
-Es verdad, te tomas muy a pecho tu identidad libanesa desde que ese tipo chiquito de la esquina de tu calle te regala falafel. Tienes la patria en el estómago.
-Me tomo muy en serio mis orígenes visigodos, no te…! Jo, para un colega que tengo en mi calle…
-Quiero un pastelito de esos de almendra, como el que nos tomamos el sábado en Montmartre. Podemos ir a tomarlo al parquecito aquel.
-Oye, que esto no es la segunda parte de Amélie Poulain. Esto de estar agorrionaditos y la lobotomía frontal están separados por fronteras más brumosas que los paisajes del perro de los Baskerville.
-Bueno mira, membrillo. Te propongo un trato. Tú me metes el bollo por el culito y luego nos lo comemos juntos. ¿Así te parece mejor o qué? Qué gorrioncitos ni que… Si ya te lo digo yo: te ha afectado leer esa bazofia del marqués de Sade. Lo que pasa es que el marqués de Sade al menos era un poco refinado y tú eres tan sofisticado como un trozo de tocino cortado con una motosierra. Eres un puerco y un cerdo y un animal sin sentimientos. Schwein! Eres escoria. Pero eres mi escoria preferida. Así que te voy a violar detrás de ese pino, luego voy a arrancarlo con mis brazos de hereje y te voy a empalar con el hasta que te desangres.
-Bueno, bueno, no hay porque ponerse así, animala de belloto. Mira que puedes ser brutita, eh? Quien lo diría. Vamos a tomar ese puto pastelito y luego te regalo un puñetero ramo de rosas perfumadas. ¡Ay! ¡No me muerdas así!
-Y dale con el cachondeito, eh? Huguenota.
-Es verdad, te tomas muy a pecho tu identidad libanesa desde que ese tipo chiquito de la esquina de tu calle te regala falafel. Tienes la patria en el estómago.
-Me tomo muy en serio mis orígenes visigodos, no te…! Jo, para un colega que tengo en mi calle…
-Quiero un pastelito de esos de almendra, como el que nos tomamos el sábado en Montmartre. Podemos ir a tomarlo al parquecito aquel.
-Oye, que esto no es la segunda parte de Amélie Poulain. Esto de estar agorrionaditos y la lobotomía frontal están separados por fronteras más brumosas que los paisajes del perro de los Baskerville.
-Bueno mira, membrillo. Te propongo un trato. Tú me metes el bollo por el culito y luego nos lo comemos juntos. ¿Así te parece mejor o qué? Qué gorrioncitos ni que… Si ya te lo digo yo: te ha afectado leer esa bazofia del marqués de Sade. Lo que pasa es que el marqués de Sade al menos era un poco refinado y tú eres tan sofisticado como un trozo de tocino cortado con una motosierra. Eres un puerco y un cerdo y un animal sin sentimientos. Schwein! Eres escoria. Pero eres mi escoria preferida. Así que te voy a violar detrás de ese pino, luego voy a arrancarlo con mis brazos de hereje y te voy a empalar con el hasta que te desangres.
-Bueno, bueno, no hay porque ponerse así, animala de belloto. Mira que puedes ser brutita, eh? Quien lo diría. Vamos a tomar ese puto pastelito y luego te regalo un puñetero ramo de rosas perfumadas. ¡Ay! ¡No me muerdas así!
-uy… perdona, ¿te he hecho daño?
-No, quiero decir que me muerdas más fuerte, mujer
-¡Auuh! ¡Ayyy! Pero no tanto hombre, que me desangras.
-Mmm... me gusta el sabor de tu sangre… Mmmm, creo que voy a hacer una tarta de ruibarbos con ella. Se convertirá en una especialidad de este pueblo. La titularé “ Blotruibarbenküchen von la Butte”. O “Petit gateau de ruibarbes au coulis de sang algérien ».
-Mmm si. Tiene buena pinta. Eso si, se dice “la llamaré tal” , más que títular. Titular se refiere más a una obra literaria, a un libro o algo así.
-Cuando la pruebes, ya verás que hasta tú le pondrás un nombre de cuento de hadas. La titularás y lo que haga falta. Como que me llamo Inga y soy descendiente de huguenotes y de pasteleros y de quien me dé la gana. Ahora voy a hacerme con los ingredientes. Vamos a ver…Vier hundert Zentiliter von argelinien blot und
-¡¡¡Aaaayyyy!!! ¡¡¡Asilvestrada!!!
-Cállate, ingrediente.
-¡¡¡¡¡¡Aaaahhhhh!!!!!!
Se acerca un chico con pinta de abogado del barreau de París.
-Mademoiselle, qu´est ce que vous faites? Il souffre !!
Se acerca un chico con pinta de abogado del barreau de París.
-Mademoiselle, qu´est ce que vous faites? Il souffre !!
-Oui, mais c´est châtiment que lui mérite –gritos de terror y lágrimones
-Mais por favor, c´est escandaleux ! Quelle douleur, testicles !
-Ne vous inquiétez pas, ce n´est que de la cuisine huguenotte à la façon postRDA… ¡auh!, ¡auh !… après tout –balbuceo a punto de desmayarme- laissez faire, laisser aayyy !!! passer...
-¿Qué es eso ? –le pregunto a Inga desde el sofá. El cuello y el brazo me escuecen terriblemente. ¿Como he llegado hasta aquí? ¿Y qué huele tan bien?
-Ne vous inquiétez pas, ce n´est que de la cuisine huguenotte à la façon postRDA… ¡auh!, ¡auh !… après tout –balbuceo a punto de desmayarme- laissez faire, laisser aayyy !!! passer...
-¿Qué es eso ? –le pregunto a Inga desde el sofá. El cuello y el brazo me escuecen terriblemente. ¿Como he llegado hasta aquí? ¿Y qué huele tan bien?
-Mmm ahora lo probarás, Claudio. No te impacientes. Es una tarta de ruibarbos
-Me niego al (auto)canibalismo. Va más allá de mis principios.
-De qué principios me hablas, perro del capital. Trabajas para la maquinaria burocrática de guerra del neoliberalismo. Anda, ven a ayudarme a poner la mesa, corazón.
Tuesday, April 03, 2007
Retrospecter II
-Perdona, no sabía que estabas con tu novia, pequeño suizo.
-No te preocupes, si se iba ya. Podemos empezar a probar la resistencia de los materiales de esta casa, como te prometí esta mañana.
-Si, no me fio de estos muebles. Creo que están vivos.
-Vamos hombre, no te preocupes. Ya verás como eran sólo imaginaciones tuyas. ¿Te acuerdas de aquel libro que andaba leyendo? ¿aquel sobre el suicidio celular?
-Ehh, si. Me suena...mira que tenéis lecturas extrañas en medicina.
-Bueno, pues el autor, el reputado neurofisioastrobiólogo Herbert Rutherford dos Santos, lo deja muy claro, hombre. La materia inerte, no tiene sentimientos. E intenciones hostiles hacia nosotros, menos aún, hombre.Los colchones y la madera de esta casa, son nuestros amigos. Te lo juro por la neutralidad de Suisa.
-Tú crees que estoy loco, pequeño suizo?
-No, tío, no. Lo que tienes es que dejar de tomar los champiñones que te suministra tu amiga Leticia. No tienes que hacer caso a esa gente, es peligrosa para ti, pequeño toledano.
-No sabes el peso que me quitas de encima. Que me ayudes a convencerme de que todo era una paranoia mía, es muy importante para mi. Te lo agradezco, pequeño suizo.
-No hay de qué, hombre. Mira, ves? Me tumbo en el colchón y no pasa nad… eeeehhhhhh??!???!!!
-Socorro!!!??!!! Toledano!!!!! Sácame de aquí!!!!???
-Es sólo fruto de tu imaginación!! No te dejes, pequeño suizo!! Controla tu mente!!!
-¡¡¡¡¡Aaaahhhhh!!!!!!!!! ¡¿¿¡¡¡Quiero volver a Suiza!!!?!!
Monday, April 02, 2007
Cher Fabien,
Qu´êtes vous devenu pendant ces longues semaines d´absence réciproque dans nos vies?
Si vous pouviez-ah m´envoyer un petit mail-ah avec votre adresse, ce serait super car j´ai une petite lettre pour vous. Dans cette lettre, je vous déclare mon amour inconditionnel à condition, bien entendu, que vous continuez à faire ces petits virements tous les mois sur mon compte.
Votre fille, ne vous inquietez pas, est en pleine forme. On lui donne même de petites sucreries le soir, et elle commence même à nous apprécier. Est ce ce que l´on nomme le syndrome de Stockholm? On ne le sait pas encore. Ce serait une vraie réussite de le réproduire à Paris, ne croyez vous pas?
Enfin, ce serait un vrai plaisir de vous voir un soir cette semaine, afin de jouir ensemble…d´un dîner agréable chez le traiteur d´en bas de chez vous, par example. Histoire de nous mettre…à jour. Et discuter du nouveau montant de la “pension” pour votre fille, car elle mange comme un rhinocéros. Enfin, en tout cas beaucoup plus que prévu lors de nos calculs avant le kidnap…enfin, de ce qu´on ait eu l´idée de l´héberger pendant son stage à Paris.
Bien à vous,
M. Croquis
Bien à vous,
M. Croquis