Friday, February 23, 2007

Pataleta de año nuevo chino


El carnaval de Colonia estuvo fenomenal.

Este fin de semana voy con Fabien al carnaval chino, aquí en París, en el barrio idem. Y para celebrar la tradición china del año nuevo, que consiste en plantearse retos para el año que entra y echar una bronca pública, empiezo por la segunda.



En un “blog” que tiene frases en francés y en inglés mezcladas con el castesháno, escrito por un tipo que se ha aficionado a escribir un solo signo de admiración y de interrogación al final de las frases tipo…

“cáspita!”
“diablos, Mike!”

…puede parecer escandaloso, pero la cosa es que:

¡¡Me revientan los anglicismos innecesarios y la traducción literal en los medios de comunicación!!


Me entran ganas de ser traductor, de tomar cocaina en cantidades industriales, para quedarme con todo el trabajo de todos los traductores del mundo, no dormir nunca, no defecar, no comer, no follar nunca más, dedicarme a la traducción de artículos anglosajones como una Teresa de Calcuta de la lengua, sin descanso, hasta la traducción decente siempre.

Quizá no he dormido bien, quizá tengo la piel un poco irritada esta mañana. El caso es que estoy hasta las gónadas:

-de gente que “aplica a una beca” (¿qué le aplicas a la puta beca? ¿Una pomadita?)

-de que la “expectativa” de vida esté cayendo en Rusia. (La esperanza debió morir hace tiempo para joder el refrán).

-de burócratas que titulan documentos con expresiones estremecedoras como

“EMPODERANDO las comunidades locales”
“LINEAMIENTOS para desarrollo y consulta de estrategias”
“Los fundamentales del crecimiento económico francés” (¿qué tiene de malo el término castellano “fundamentos”??)

-De los amantes de la palabra “manager”, o ”marketing” sobre todas las cosas. ¿Qué tienen de malo las palabras gestor o mercadotecnia? (más allá de ser cursis y desagradables como en inglés). ¿Por qué esos mismos cabestros dicen “enfermera” y no “nurse”? ¿Por qué dicen niños pequeños y no “putos” como en portugués?

Hasta el huevo, chicos.

Buen fin de semana y bes(itos) franceses a todos.
E.

Monday, February 05, 2007

Estafilococus parisinus

La gripe, bien acompañado, siempre se hace más llevadera. Sobre todo cuando no tienes termómetro y no sabes qué tan enfermo estás. Y aunque, como una madre, nadie te va a volver a cuidar en tu puta vida - una vez sales de casa.
De hecho es cachondo que al final –cabestro que es uno- uno termina haciendo la compra y la cena con la excusa de “oh, pero si ya te encuentras mejor, no? Es curioso, los tios sois normalmente mucho más llorones cuando estáis enfermos”. Claro, no te jode, es que yo soy una nenaza. Aún así, me gusta que me hagan un zumito y me arropen cuando estoy enfermo. ¿A quién no? Que tire la primera papilla que le dieron. No la merece. Jodido ingrato.
Pero es que, pucha: es verdad, es verdad, hasta prefiero darme un garbeo y airearme a quedarme tirado en la cama cuatro días seguidos y volverme loco. Loco por tu melena interminable y por tus ojos grises y esos calzoncillos que me quedan ya enanos y a ti te quedan de escándalo como pijama.

Yo necesito salir de casa, aunque sea tres segundos al día, aunque sea a respirar humos de los tubos de escape (con catalizador). Aunque nieve, granice, agonice, llueva, llore, sude, queme el viento, arda el cielo, tiemble la tierra. No es claustrofobia. 28 metros cuadrados me llegan (muy) de sobra para sentirme resguardado y guarecido como una fiera feliz en su cueva.

Este fin de semana postgripal tirado en la cama me ha hecho crecer como persona: he descubierto que la pizzería de la esquina hace unas pizzas dignas de ese nombre, que Nicolas Cage me gusta como traficante de armas, que si Truman Capote tenía esa voz insoportable de la peli debía ser como para correrlo a boinazos, y que John Fante es grande, muy grande. Las carcajadas que me provocó su libro “Mi perro estúpido”,en una cafetería al lado de casa, no tienen precio. Dinamitaron el remanente de mi gripe y se lo llevaron por los aires. Y creo que mi tos alborotada le llevó el virus del pollo aviar aquel, cual aviador sanguinario, a alguna de las chicas que andaban por allí sueltas. Fante, Doctor Muerte. Hijoputa.

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